Álava esconde rincones mágicos en los que respirar hondo, cerrar los ojos y abrir la mente, el corazón… Por eso, perderse es la mejor forma de conocerla. Adentrarse en un valle de sal, disfrutar recorridos por su desbordante naturaleza a pie o en bicicleta, visitar originales museos y un rico patrimonio o degustar algunos de los mejores vinos del mundo en bodegas centenarias son solo algunos ejemplos.  Para más información os invitamos a visitar nuestra web en la que encontraréis, entre otras cosas, un apartado de descargas de folletos.